Por: Fabricio Rosero Vaca @fabriciorosero

Cuando en el año 2004 Dale Dougherty, Craig Cline y John Batelle plantearon el concepto de web 2.0 durante Web 2.0 Conference, visualizaron un universo lleno de constantes cambios.

La posibilidad de que todos, de una u otra manera, aportemos a que los contenidos web sean ampliados, comentados, compartidos o creados, resultaba fascinante.

Sin embargo, en el 2006, Jakob Nielsen, probó que esta participación resulta limitada en comparación al volumen de posibilidades existentes en la Web. La investigación determinó que tan solo el 1 por ciento de personas generan interacciones constantes dentro de los contenidos, el 9 por ciento lo hace con alguna frecuencia mientras que el 90 por ciento solo se conforman con consumir la información existente en los contenidos. Fue así como se acuñó la teoría de la desigualdad participativa.

¿Pero cuáles son los factores que generan esta baja interacción?. Quizás la respuesta esté en la cultura de pasividad que los medios tradicionales nos han generado. George Ritzer (1996), afirmó que los contenidos audiovisuales en Internet pueden tener el mismo efecto apaciguador que la televisión sobre los espectadores.

Así mismo el pensador Dominique Wolton, (2000) afirmó que la realidad es menos multimedia de lo que parece.

Enrique Dans (2010) recuerda que, en los medios unidireccionales como la radio o la televisión, “los ciudadanos no tienen acceso a la emisión, se limitan a ser espectadores o audiencia, con un papel claramente pasivo” y que se refleja en la denominación que reciben en Estados Unidos: couch potatoes (“patatas de sofá”).

Ante esto, la teoría de Nielsen muestra que el 90 por ciento asumen una actitud similar a la que lo hacen cuando consumen los medios tradicionales. Es por esta razón que la teoría del 90-9-1 no es reversible y eso genera que las valoraciones sustentadas por los comentarios o aportes registrados en la Web no pueden considerarse como una muestra representativa para ningún nivel.

La personalidad como esencia de la participación

Pero la investigación de Nielsen originó estudios más profundos. Es así que una encuesta sobre Tecnografía social de Forrester estableció que un 21% de los consumidores en Estados Unidos son creadores (prosumidores), el 37% son críticos (aquellos que reaccionan al contenido creado por otros) y un 69% son espectadores o consumidores pasivos de lo que leen.

Reducir la tendencia

Pero como ya lo explicamos anteriormente, la teoría 90-9-1 es irreversible. Pero dentro del manejo, sobre todo corporativo, es posible reducir estas tendencias.
Brian Magierski, CEO y cofundador de Appconomy, propone de manera práctica opciones para mejorar esta situación. Premiar, de una manera u otra, a ese 1% de nuestros usuarios estrella. Cuidar al 9% de usuarios que enriquecen el contenido. Incentivar al resto de los usuarios para que participen como los usuarios anteriores.

De igual forma, Leigh Blackall, considera que una opción es la de establecer vínculos emocionales que puede posibilitar una fidelización que reduzca el porcentaje propuesto por Nielsen con algunas acciones:

1.- Habilidades de comunicación (offline) y Dominio de las nuevas tecnologías.- Los facilitadores online dominarán las NNTT además de habilidades similares como facilitadores de grupos offline

2.- Contenidos, calidad del entorno. Recopilar datos es el primer paso hacia el conocimiento, compartirlos es el primer paso hacia la comunidad (Henry Gates)

3.- Fomentar la “cultura”, establecer elementos de identificación entre los miembros

4. -Presencia, características del moderador: El facilitador, moderador, tutor, conductor o como queramos llamarle debe “estar ahi”, conectado, disponible para cualquier consulta o incidencia “lo antes posible”.

De esta forma, será posible mejorar las estadísticas de interacción recordando siempre que la tendencia general es irreversible y que jamás los porcentajes pueden considerarse como una muestra consistente.

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