lunes, 20 de mayo de 2013

Torturando teclas

No suelo escribir mucho, a veces creo que hacerlo es una forma de desnudarse. Hacerlo resulta incómodamente gratificante, aunque me sienta vulnerable.
Es que sin duda escribir es casi como una afrenta. Pensar que cada palabra expuesta le puede interesar a alguien, o le puede gustar a alguien, creo que es ofensivamente osado. Pero hay algo más; en un mundo marcado por la ira y el odio, ha dejado también espacio para lo sublime de la creación humana.
Marquez, Galeano, Benedetti; Calle, Silva, Veintimilla; y miles escritores, alcanzaron algo más que simplemente mostrarse, lograron la inmortalidad.
Y aparece esto, una serie de palabras y letras intentando expresar algo o simplemente mostrar algo. Una frase que inmortalice a un ser condenado a la más insignificante mortalidad, un concepto que me trascienda, una idea que me ilumine.
Pero entre cada párrafo no encuentro ese que, ese algo.
Aun perdido, entre un bosque de ideas, más malas que buenas, estoy aqui.... mostrándome.
¿Inspiración?.... tal vez sea esa la esencia del saber decir algo que no se piensa sino que se siente. Quizás me haga falta eso, y si no la encuentro, no importa, a lo mejor la diferencia entre un brillante literato y este humilde servidor sea eso, aunque siempre será muy interesante ingresar a este espacio inexistente por encontrar eso que garantiza no solo estar de paso por este "mar de lágrimas".