Por: Fabricio Rosero Vaca
Si algo faltaba para evidenciar que las malas costumbres no desaparecen sino que evolucionan, pues ya pasó.
Resulta que varias cuentas troll publicaron varias fotos íntimas de la ex presidenta de la Unión Nacional de Educadores del Ecuador, Mery Zamora, acto sin duda repudiable desde todo punto de vista.
A eso se suma el constante reclamo del presidente de Ecuador, Rafael Correa por lo que califica ataques sistemáticos en contra de su honra en redes sociales.
Y finalmente la página satírica, Crudo Ecuador, resolvió dejar de publicar sus memes ante amenazas recibidas por las publicaciones que el primer mandatario calificó como ofensivas.
Para reflexionar
Ante este escenario, existen dos situaciones que se deben analizar.
La primera es que el anonimato siempre ha sido el velo para la expresión más baja de la condición humana. Sino recordemos los tradicionales pasquines.
Pero creer que el anonimato es el demonio, es caer en las mismas equivocadas generalizaciones que afectan a la condición humana en diferentes niveles. Que unos cuántos utilicen esta condición para denigrar no significa que se debe empezar a juzgar y perseguir a todos quienes no deseen exponerse de manera directa en la red pero tiene algo que decir.
Y lo segundo, la execrable acción en contra de Mery Zamora no debe utilizarse ni por el oficialismo, ni por la oposición, para justificar persecuciones absurdas en quizás el último espacio totalmente democrático que existe en el mundo, como es la red. Que el rechazo sea el arma para combatir a quienes mal utilizan el ciberespacio. Que la misma se norme por una mayor acción moral.
Que se investigue y se sancione a quienes afectan a la honra, pero jamás se intente justificar el control de los espacios de libre pensamiento como son las redes sociales por acciones propias de la bajeza humana.
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