viernes, 20 de febrero de 2015

Del pasquín a la troleada en la red



Si algo faltaba para evidenciar que las malas costumbres no desaparecen sino que evolucionan, pues ya pasó.

Resulta que varias cuentas troll publicaron varias fotos íntimas de la ex presidenta de la Unión Nacional de Educadores del Ecuador, Mery Zamora, acto sin duda repudiable desde todo punto de vista.

A eso se suma el constante reclamo del presidente de Ecuador, Rafael Correa por lo que califica ataques sistemáticos en contra de su honra en redes sociales.

Y finalmente la página satírica, Crudo Ecuador, resolvió dejar de publicar sus memes ante amenazas recibidas por las publicaciones que el primer mandatario calificó como ofensivas.

Para reflexionar

Ante este escenario, existen dos situaciones que se deben analizar. 
La primera es que el anonimato siempre ha sido el velo para la expresión más baja de la condición humana. Sino recordemos los tradicionales pasquines. 

Pero creer que el anonimato es el demonio, es caer en las mismas equivocadas generalizaciones que afectan a la condición humana en diferentes niveles. Que unos cuántos utilicen esta condición para denigrar no significa que se debe empezar a juzgar y perseguir a todos quienes no deseen exponerse de manera directa en la red pero tiene algo que decir.

Y lo segundo, la execrable acción en contra de Mery Zamora no debe utilizarse ni por el oficialismo, ni por la oposición, para justificar persecuciones absurdas en quizás el último espacio totalmente democrático que existe en el mundo, como es la red. Que el rechazo sea el arma para combatir a quienes mal utilizan el ciberespacio. Que la misma se norme por una mayor acción moral.

 Que se investigue y se sancione a quienes afectan a la honra, pero jamás se intente justificar el control de los espacios de libre pensamiento como son las redes sociales por acciones propias de la bajeza humana

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miércoles, 18 de febrero de 2015

Tiko Tiko presidente


Por: Fabricio Rosero Vaca

La viralización de los videos del ahora - porque hasta hace 15 días, al menos en el Ecuador, nadie lo conocía- famoso comediante inglés Jhon Oliver o de la página satírica Crudo Ecuador es una muestra de cómo la oposición política en el país ha quedado para la comedia.

La comedia social

Claro, no siempre fue así, Don Evaristo y el mismo Carlos Michelena son dos ejemplos de que en el país la crítica siempre estuvo de la mano de la ironía, prima hermana de la comedia.  Pero eran otras épocas. Los dos eran referentes de la expresión popular que a través del humor exponían duras realidades de un Ecuador destrozado por la dictadura y atemorizado por el febres corderismo. 

Pero  a la par existían políticos con probada inteligencia y discursos vehementes u otros que lograron levantar a las masas con populismos que en ese momento de la historia eran válidos y hasta necesarios.




Los vicios de ser el único

Pero hoy la realidad es distinta. El país no tiene un contrapeso político, pero sobre todo moral que realmente compita con la actual propuesta gubernamental, y ese es quizás el mayor problema. 

 Incluso  el mismo régimen se ve amenazado con el deterioro de una propuesta política que en su momento, incluido con su estilo, era necesaria en un país deteriorado, debilitado y conflictuado, pero que, al ser la única, empieza a sufrir los mismos vicios que la de un atleta que al no tener rivales no tiene exigencia y por ende termina deteriorándose. 

La triste primavera

Pero que con la viralización de estos contenidos se empiece a mermar la credibilidad del gobernante, es posible. La famosa "Primavera Árabe" demostró que las redes sociales son capaces de deteriorar cualquier poder, inclusive los más sangrientos o los más eternos.

Pero lo que hasta este momento, la estrategia on line no ha podido es estructurar un después. Ni Facebook ni Twitter nos gobernarán, sino veamos qué pasó con Libia, Egipto, Tunez, Siria, luego de una primavera, que nunca encontró su verano. 

Es por eso que, para salud del mismo gobierno y para que todo tenga validez, es necesario que en el país se consoliden nuevos liderazgos sociales y reales. No con discursos caducos de izquierda ni tenebrosas representaciones de la histórica derecha, sino uno que nos muestre que con lo que se avanzado también es posible construir una nación en donde, a más de desarrollo, se hable de las libertades y del respeto, temas que ahora termina ser caballo de batalla de comediantes extranjeros y fotitos graciosas.